A la vuelta de la Pica d'Estats nos desviamos y pasamos por Oliana, lo que nos permitió esquivar algunos de los peajes salvajes que hay por estas carreteras, y de paso hacer esta interesante vía ferrata, que sube el paredón de la serra de les Canals.
El primer tramo K1/K2 es por piedra inclinada, lo que lo hace aburridillo e incluso un poco incómodo porque tienes que ir agachando el lomo cada dos o tres para ir cambiando los mosquetones, pero no debe de haber otra forma mejor o más rápida para acceder al tramo K4.
Pero el tramo K4 ya es otro cantar. Enseguida se coge altura, nada más empezar con un desplome corto pero con cierta exigencia, y para cuando se llega al puente con travesaños de madera, alguien que no esté acostumbrado a tanta altura puede pasarlo mal, aunque en ningún tramo de la ferrata hay pasos complicados, y casi siempre hay escalones donde cogerse.
Las vistas conforme se va a ganando altura son espectaculares, y cuando se llega al puente mono, de vértigo. Dicho puente es cortito y se pasa bien. Se acaba con un flanqueo muy aéreo que es el colofón, llegando a la cruz de la cima. Los buitres que planeaban por encima y debajo nuestro se quedaron sin almuerzo 😅.
El puente mono |
Una vez en la cima, podemos deleitarnos con las vistas de 180º a las montañas circundantes y al embalse de Oliana, y sólo queda ir bajando por la cresta (a ratos equipada), hasta un punto en el que con una serie de cadenas enlazadas bajaremos a un sendero que recorrimos rápidamente porque teníamos mesa reservada en un restaurante en Peramola 😋.
De haber tenido tiempo habríamos ido a la ferrata Roca de Narieda, también en Oliana, y catalogada como una de las más largas de España, pero aún nos quedaban unas cuantas horas de coche para llegar a casa, así que otra vez será.
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